"Injusticia, desigualdad, infortunio" - Entrevista a Mario Federico Blanc, autor de "Mira el piso" (MFB_ediciones, 2023), su última novela

 


"Injusticia, desigualdad, infortunio"




Un espíritu libre no se

ata ni si quiera a si mismo


F. Nietzsche






MFB_EDICIONES ... pero vos sos aparte un psicoanalista ¿cómo ves la relación entre la Salud Mental y la literatura?


MARIO FEDERICO BLANC Bueno, no sabría bien qué decirte, la Salud Mental es un derecho, y desde el punto de vista literario claramente no es mi campo, siento que está fuera de mi alcance. Eso no significa que deba ser tratada ni por mí ni por nadie como una perogrullada o algo in-abstracto. No sé, en principio te diría que la Salud Mental debe verse reflejada en las prácticas, en el terreno o en los barrios. Qué sé yo. No es joda eso, se trata de la infelicidad de la gente, del sufrimiento. Hay gente que se llena la boca con esas dos palabritas y se genera terrible hipocresía. Yo llevo adelante como psicólogo una práctica de los bordes, por decirlo así. Yo creo que en la literatura se ven actualmente personajes muy rotos, en lo contemporáneo, digo. No me refiero a los yonkis de los años 80, ni nada de eso digo gente rota, que le habla al perro como si fuera un ser humano, que no sabe qué hacer ante situaciones simples como decir que algo no se puede hacer, o cosas más graves como intentos de suicidio, etc. Todo eso aparece en la literatura y son personajes que se los puede ver en la vida real. En cuanto a eso que llaman Salud Mental, tengo la impresión que se trata de un discurso vacío o bien una voz imperativa que obliga a gozar. Porque si te pones a pensar es como si fuera el discurso del amo Qué dice Cómo deben ser las cosas y las cosas no son así. Es el Súperyo, claramente. Y muchos se agarran de ahí para mostrar la falta en el otro, es terrible eso, la falta en cualquier otro. Yo en realidad no me fijo en eso, por eso es verdaderamente agotador. Trato de separarme sin desresponsabilizarme. Si me volqué a la literatura es porque es mucho menos maliciosa en ese sentido. Tal vez más de carnada, eso sí. Pero además se trata generalmente de personajes ficticios o hipotéticos lo cual vuelve la cosa un poco más... no diría inocente pero tal vez más reflexiva. Creo que ahí está su aporte, si es que se puede pensar en los términos en los que me preguntas.


MFB_EDICIONES: Tu trabajo como psicoanalista en esa práctica en los bordes, como vos le llamas ¿no se mezcla un poco con tu trabajo como escritor? 


MARIO FEDERICO BLANC: ...que intento hacer como escritor (risas) Puede ser, puede ser. Pero trato de que no. A veces en mi práctica recojo, atesoro y colecciono algunas frases memorables que no las escucharías en ningún otro lado que donde se dicen, por eso te lo puedo asegurar. Pero son dos cosas diferentes, aunque se nutren mutuamente. Se trata de tejidos, si me puedo expresar así, tramas hechas de palabras. Es la misma materia prima, es cierto. Sería incapaz de negar esta semejanza. Lo que pasa es que de repente tenés una palabra como... "garantía", por ejemplo, algo que tiene que ver con lo que me preguntabas antes sobre el tema de la Salud Mental, y ahí los mundos se separan porqué uno dice ¿garantía de qué? Vos decís ¿qué posibilidades hay de que algo ocurra de tal o cual forma? Y la verdad es que en la realidad no sabes, puede pasar cualquier cosa, te puede caer un piano en la cabeza. Es azarosa. Eso no ocurre así cuando escribís una historia. Hay una diferencia entre ser testigo de una trama y crearla o escribirla que me parece que es la diferencia entre el analista y el escritor. Pero también Sé que son líneas paralelas, o sea que se unen en el infinito. Yo cuando escribo siento que soy como un paciente, estoy en posición de paciente y que el deseo opera a través de mí generando una escritura. Cuando escucho desde el lugar de un analista es como que soy más bien el escriba de "Otra cosa", de un deseo que no es el mío. Y ya que lo nombras, ¿qué es esa clínica de los bordes? Bueno, se trata de los desahuciados, los caídos del sistema, los fuera del discurso, los fuera de la economía y de lo social, los hombres invisibles. Y si no están fuera, bueno, a veces están al borde de caerse o mejor dicho a veces caen adentro y a veces fuera, depende del día ¿entendés? Que se yo... qué sé yo dónde están...  indocumentados, extranjeros, sin papeles, excombatientes de guerra, presos, delincuentes, locos, alienados, todos sueltos y conviviendo con nosotros los acaso "normales", los que supuestamente estamos "dentro", integradamente. Y aparte ¿dentro de qué? ¿fuera de qué? Yo sospecho que los "normales" en muchas cosas estamos fuera de algo. A decir verdad todo eso me parece una locura tremenda, tan atractiva para trabajar sobre ella desde la literatura. Están dentro pero en realidad están fuera. Y viceversa. La realidad es surrealista, ¿no te parece? ridícula a veces ...como una banda de Moebius el afuera es el adentro y el adentro es el afuera... de verdad no sé si soy claro. Yo siento que por mí pasa una transformación entre lo que recolecto de mi clínica de los bordes y lo que produzco como escritura...


MFB_EDICIONES: Intentar garantizar un derecho supongo que no es lo mismo que escribir sobre eso. ¿Cómo vivís esa diferencia?


MARIO FEDERICO BLANC: ...bueno, en realidad, para confesarte algo, yo siempre me he sentido medio compelido como a garantizar algo, no sé, ciertas cosas que competen a un papel que se cumple. En parte es así, porque es así la práctica. Pero en parte no.  Claramente se trata de ese costado superyoico de la práctica del psicólogo: estar llamado a resolver algo o a aposentarse en el lugar del conflicto. Que se yo. Te lleva muchos años darte cuenta que a veces no es así. Hay tiempos y tiempos. Es necesario admitir y reconocer ciertos límites. Darte cuenta que no podes salvarle la vida a un tipo. Y aparte, ¿quien sos? ¿Batman? Y yo pienso que el Estado puede garantizar, la Constitución puede garantizar, para volver a esa palabra que había quedado colgada, pero uno ¿qué es? ...un practicante, casi un engranaje, que trata de meterle cuerpo y oreja a algo que a veces no tiene ni forma ni lugar ni espacio ni tiempo. Uno trata de darle lugar, espacio, tiempo, etc. Como si dijeras "solo te puedo garantizar que acá vas a poder hablar en este momento y en este lugar". Y a veces ni eso es posible. Por eso te digo, me parece que es necesario admitir que el poder burocrático-administrativo puede ser, no quiero decir que siempre, pero muchas veces  contra-subjetivo, antisujeto, no sé cómo decirlo. No lo culpo, no creo que lo haga a propósito, tal vez no sabe ser de otro modo. O sea, lo importante es definir un poco tu lugar y tu posición dentro de la lógica de la administración del poder. ¿Cómo me voy a parar frente a eso? No sé si me entendés el plano desde el que te estoy hablando. Ahora, todo bien con todo eso, pero hay un fenómeno que es de lo más raro que yo vengo observando desde hace algún tiempo, tal vez generado por el miedo... la paranoia... que me ha llamado mucho la atención. 


MFB_EDICIONES ¿A qué te referís?


MARIO FEDERICO BLANC: La impiedad... te lo resumiría con esa palabra. 


MFB_EDICIONES: ¿Cómo sería eso? 


MARIO FEDERICO BLANC: vos imagínate una persona afectada por un padecimiento psíquico digamos relativamente grave, puede ser un indigente en la plaza Jerónimo del Barco o el Ceo de una empresa en el piso 48 de un edificio, el tipo no es percibido como alguien a quien hay que cuidar o tener especial cuidado en el trato, por lo que te pasa, por lo que siente, etc sino al contrario como un tipo completamente descartable, depositario de un odio masivo, un tipo al que hay que reventarlo a trompadas en la esquina. ¿A vos te parece? Si eso no es la impiedad, la verdad no sé qué es. Cómo llegamos a esto tampoco sé. Es un raro giro que ha dado la humanidad producto de mil cosas que no vienen al caso. Se segrega, es un hecho, pero esto no es nuevo... si pudieran le escupirían en la cara, le tirarían piedras o lo enviarían al cadalso como en la época de Jesús. Lo nuevo hoy son las formas. Las nuevas formas del odio y la desagregación, por decirlo de algún modo. Y entonces, a mi forma de ver las cosas, o mejor dicho mi modo de sentir y hacer algo con eso, es la posibilidad de contar una historia que merezca ser contada, la posibilidad de escribir una ficción que nos haga pensar sobre eso. Ojo, yo no mistifico ni la pobreza ni el contexto. ¡Es la indefensión! Y específicamente, el sentimiento de indefensión. No sabes lo terrible que puede ser eso. Lo mismo pasa con una infinidad de situaciones cotidianas y permanentes.


MFB_EDICIONES: ...es bravo el tema de la Salud Mental, por eso te quería preguntar, se ve que no has sido ajeno al tema... 


MARIO FEDERICO BLANC: ...es que ningún psicólogo puede ser ajeno a eso por más que en tus ratos libres te dediques a pintar casas o a hacer fletes. Es bravo porque es superyoico. Yo me dedico a escribir y sigue sin serme ajeno. De todos modos, te confieso que me tiene un poco cansado el tema. En realidad, es porque me apena no poco, mucho me apena, lo que sufren las personas o qué va... lo que sufrimos todos, por diferentes motivos. En fin, te diría que todos tenemos derecho a la Salud Mental pero no se trata para nosotros tanto del derecho a la Salud Mental "en sí mismo". Para nosotros creo que se trata principalmente del padecimiento psíquico o mental como quieras llamarle. Se trata para nosotros de las posibilidades de reducir ese padecimiento a través, por un lado, de la contribución del paciente y por el otro de una ayuda específica. ¿Se entiende? Y creo que no se puede ser tibio en esto. El tema del derecho yo pienso que se resuelve en el campo del derecho, que es el campo de las leyes, de los abogados... el campo jurídico específicamente. Esa es una cuestión que debe ser aclarada con urgencia porque cambia completamente la óptica. En ese preciso lugar está la diferencia y la posición ética habilitante más genuina de quien opera con esta problemática. Quiero decir, y para terminar con esta panoplia en la cual no sé por qué nos metimos porque el objetivo es hablar más bien de mi libro, de mi novela. Esto es diametralmente opuesto al "derecho a la Salud Mental" como "medida", "directiva" o "garantía" del poder burocrático o administrativo. Se trata de una precisión clínica y sobre todo diagnóstica del "padecimiento mental", lo que es específicamente nuestro. Lo otro también es nuestro, pero como consecuencia, como contexto normativo...


MFB_EDICIONES: ...dale, contanos ahora un poco más sobre tu libro, la novela MIRA EL PISO


MARIO FEDERICO BLANC: Pará que ahora me enganché con esto... 


MFB_EDICIONES: bueno, hablá de lo que vos quieras... (risas) 


MARIO FEDERICO BLANC: No, en serio, pará, ya te hablo de la novela. Porque no es joda esto, es la vida misma ...como gran hermano, loco. ¿Vos te preguntaste cuál es la función de la literatura? Bueno, de algún modo lo estamos hablando. Lo que quería agregar era esto, por ejemplo, vos podés contar la historia de un jefe que tenés, un tipo de lo más bostero, que es una basura de persona y que no te asciende desde hace una pila de años no solo porque es un patán, lo cual sería lo de menos, sino porque el tipo claramente te tiene envidia, por ejemplo digamos eso, una envidia terrible, incontenible que le sale por los poros porque vos  sos cosas que él no es, porque sos más que él en mil sentidos, porque sos más inteligente, porque tenés una familia hermosa que te ama, porque tenés más facha, y el único sentido que tiene para él "ser jefe" tuyo es hacerte la vida imposible con mil detalles burdos, notables y persistentes... Su objetivo es no darte ascensos ni reconocimientos de ningún tipo. Esto, si te fijas, si pones atención, es el fruto de una desigualdad completamente cotidiana que le puede pasar a cualquiera en el día de hoy, Bueno ahí tenés una historia, una historia que es una re penosa, dolorosa y llena de impotencia, por un lado, y llena de maldad y odio por el otro. Pero en todo caso la historia es súper sugestiva y puede ser hasta atrapante si está bien escrita. Porque tiene algo nuevo. Acá está la cuestión que te decía que es medio de esta época y es que a todos les encanta ver como destratan a un idiota, como explotan a un empleado, como denigran al tipo que está ahí recibiendo toda esa mierda. Es triste, pero es así y la literatura contemporánea lo refleja, no quiero aburrirte con autores pero lo hacen de manera más o menos disfrazada. Algunas personas se identificarán con este tipo que degrada al otro, que lo humilla, que lo descansa como dicen los pibes ahora. Y se identificarán porque él mismo se siente degradado, el lector. Y por el otro lado tenés que nadie piensa en la víctima, vamos a decir, el tipo que es depositario del odio de su jefe, porque la víctima hoy no vende. Y nadie quiere quedar expuesto en ese lugar. No vende en sentido amplio digo. El negocio es la degradación del otro al infinito, quitarle al otro "hasta la última gota de placer" decía la mona Jiménez. Es ese patán... ese hijo de puta. Tienen ganas de saber cómo vive ese hijo de puta, a qué hora se levanta, a qué hora va a cagar. Y vos me vas a decir ¿qué es eso? Y yo te voy a decir que no tengo la menor idea pero que hoy puede haber más de eso que de lo otro.


MFB_EDICIONES: Lo que vos decís es como un posicionamiento editorial, me suena un poco raro para un autor, pero bueno, tomaste por ese lado... no sé si es porque soy malo entrevistando o si es bueno que haya surgido esto. De todos modos, me interesa el punto porque nosotros somos una editorial independiente y de alguna manera intentamos llevar adelante este negocio. Por otra parte, es como si fuera una declaración de principios lo que haces, en vez de hablar de tu nueva obra, que se presenta, una obra que necesita promoción, etc., no sé, te ves necesitado de sostener o de exponer cuestiones muy contextuales. No discuto que sea como vos decís, los escritores tienen sus licencias para decir ciertas cosas, y a veces se vuelven indiscutibles ...porque son artistas, qué sé yo. Pero hablas de la venta... ¿por qué hablas de la venta? 


MARIO FEDERICO BLANC: Bueno querido, no sé, se fue por ahí la cosa, qué sé yo... igual te entiendo y además ...te quiero, hermano. Te quiero y quiero que lo sepas porque creo que estamos en el mismo barco o en la misma selva, como sea. La venta es un tema que está  aquí entre nosotros viejo !! Existe el tema !! No me digas que no. Yo no soy un psicótico que anda suelto soliloquiando al aire y que está fuera de la cultura, soy un tipo que le gusta comer todos los días, varias veces al día. Y entonces eso me ubica dentro de una realidad. Nada más. Y aparte, es un hecho que el negocio editorial es un negocio en franca caída libre ¿desde hace cuántos años? y sobre todo, es un mal negocio por lo que tiene que ver con el papel. Es medio triste pero yo creo que los libros cuestan, no "valen", cuestan no tanto por las magníficas obras de los autores o por las ficciones maravillosas de los novelistas sino porque tienen un precio, básicamente ligado al precio del papel. El papel tiene un costo altísimo, todos lo sabemos. Y la tinta, otro tanto. Y todos queremos comer todos los días, varias veces al día. No te voy a decir justo a vos esto. Por eso es que creo que hoy uno de los peores negocios del mundo es escribir un libro. Salvo para los dos o tres consagrados o tocados por la varita mágica que se llevan toda la torta entera, sea lo que sea lo que escriban, que no ponen un mango para publicar, editar, etc. Los llaman de la TV culturosa... Pero debe ser aún peor negocio vender un libro, sobre todo si no sos uno de esos dos o tres picantes que se llevan toda y no convidan nada, ...vaya si lo sabré!! ...no sé, yo soy malísimo para la venta, esa es la verdad y quizás sangro por la herida. No debería ni hablar. Pero entonces uno se pregunta ¿por qué todavía existe gente tan... obstinada, vamos a decir, que escribe un libro, un libro de lo que sea, lo manda a una imprenta para que quede plasmado en un papel y otro agarra y toma su cargo el compromiso de intentar venderlo siendo, como te decía, el peor negocio del mundo? ¿Por qué? Mira que hay gente terca en el mundo, ¿no? O locos... en cierto sentido somos locos, pero solo en cierto sentido. A esta altura, como te decía, veo en eso un acto por lo menos valiente. También veo en eso cierta desaprensión por el dinero, cosa que es bastante llamativa en este mundo dolarizado... polarizado y "dolorizado", si me permitís el neologismo. Y con los libreros pasa otro tanto…


MFB_EDICIONES: ¿Qué pasa con los libreros, Fede? Pensé que esto iba a ser más fácil. Ya se está yendo un poco... lejos, pero bueno, ya que llegamos hasta acá…


MARIO FEDERICO BLANC: No, no quiero hablar mal de nadie, quédate tranquilo, porque acá... vos lo sabes mejor que nadie, nos conocemos todos... los que escriben, los que venden, los que editan, los que corrigen, los que compran, los que tienen talleres de literatura, todos nos conocemos acá. Es un mundo muy pequeño. Tengo mil historias con libreros. Ellos han hecho y aún hoy hacen todavía, su negocio, y está bien, son comerciantes... si los locales físicos existen es porque no pierden guita. Pero, ¿puedo hablar del comercio? O qué, ¿si soy un autor tengo que ser un bohemio, marxista, usar boina, un morral, ser eventualmente alcohólico? etc. ¿Cómo es la cosa? ¿Se puede hablar de plata o no? Avísame, eh !! Ellos, los libreros, encontraron su tajada, en un punto los entiendo, siempre con buenas intenciones, pero encontraron su tajada dentro de la miseria del otro, si cabe la expresión, y si no que me disculpen. En muchos casos ayudaron a mucha gente, entre ellos a mí porque cuando no podíamos comprar ni un libro, porque uno era joven, porque no tenías experiencia y tampoco tenías tarjeta de crédito, entonces te daban mil facilidades para que pudieras acceder a un libro que necesitabas o te interesaba, te daban crédito de palabra nomás, y te anotaban en un cuaderno choto que tenían ahí abajo del mostrador. Eso, en ese momento, era algo bueno. Te estoy hablando de hace 30 años atrás. Los seminarios de Lacan, por ejemplo, la mayoría de ellos, me los fui comprando así... vos entregabas una parte, lo que tenías en el bolsillo y ellos te decían "después pasá, todo bien, loco". Y vos después pasabas, obvio. Todo con la mejor onda. O mejor dicho, eso te permitía a su vez mejorar la calidad de tu laburo, si me puedo expresar así, como psicoanalista en formación. El día que tuviste un mango ellos se dieron cuenta y vos sabías porque habías sido pobre ...y entonces le comprabas a ellos. Ahora mismo vas y les compras a ellos tal vez por ese mismo motivo. Pero pasan cosas, qué sé yo. La otra vuelta me pasó que paseando con mis hijos por un shopping, ellos entraron a una librería de esas modernas que hay ahora a ver lo que a ellos les gusta y ya que estaba ahí se me ocurrió preguntar por un libro, El Aleph de Borges que me lo había pedido mi mujer, porque no le gusta andar con el mamotreto mio de las obras completas. Pregunté cuánto costaba y costaba... una guita "X", no importa, ahí, en el shopping. No voy a caer en este sistema dije no, no lo voy a comprar acá porque yo sé de dónde vengo, yo sé que fui un muerto y sé que me ayudaron cuando no tenía un mango. Y entonces no lo compré y me fui a la librería del amigo librero tal... donde resulta que costaba $10,000 más, la misma edición, el mismo libro. Casi se me cayó el pelo pero saqué el celular, pedí un QR y lo compré sin chistar. Y cómo iba con mis dos hijos los dos me miraron como diciendo ¿vos sos medio gil pa, qué onda? Los hijos te miran, las boludeces que haces... en el shopping estaba mucho más barato !! me decían con su mirada. Claro, en un punto tenían razón y yo ahora no sé bien qué pensar. Este librero amigo tiene varios ejemplares de mi nueva novela y bueno Ojalá tenga el mismo ímpetu para vender lo mío, no sé, hay un compromiso. Por otra parte, en la librería del shopping no entro ni a palos con mi novela, no sé por qué, explícamelo vos porque algunas editoriales entran y otras no en determinadas librerías. La cosa es que las 10 Lucas de diferencia bueno, imponen una reflexión. Por eso te digo ...son todos vivos, el de acá, el de allá, el que está por venir, a veces es lo único que me sale pensar. En mi caso, ese es uno de los motivos por los cuales también escribo... escribo porque son todos vivos y la verdad es que yo no soporto eso, te juro por Dios que no lo puedo soportar y de alguna manera escribir y publicar es mi forma de al menos de hacer algo, decir algo. Bueno hasta ahí. Acá la corto. Injusticia, desigualdad, infortunio... Bueno, más o menos te voy tirando los palenques o las claves de donde se ata mi novela y mi forma de ver el mundo. ¿No? Bueno, ok. hasta acá. Entonces te digo: injusticia, desigualdad e infortunio... Esos son, más o menos, los resortes de mi "obra", si me puedo expresar así, los hilos de donde tira y afloja la tragedia humana para mi. Nada nuevo, por cierto. Aparte... vos la leíste a la novela... ¿no?


MFB_EDICIONES:  Si. ¿Por?


MARIO FEDERICO BLANC: No, por nada. ¿Y? ¿Nada?


MFB_EDICIONES: Sí, Fede, claro que la he leído, tengo mis impresiones pero por eso estamos acá intentando promocionarla ahora, pasa que a veces es un poco difícil acompañarte. Acordamos en promocionarla, lo recordás, ¿no? Por eso te llamé por teléfono, pautamos la entrevista, que iba a ser grabada, y que estamos teniendo que, por otra parte, está saliendo... bueno, como está saliendo... tendremos luego que editarla, acortarla, sacarle toda esta …cosa, etcétera. Acordamos que el objetivo de todo esto es que a vos, y -obvio-, a mi, en algún momento, nos llueva un centavo, una moneda, algo de tarasca, o sea, que ganemos algún mango con este proyecto que es tuyo... pero también es mío, aunque en diferente sentido. ¿Se entiende? No puedo creer estar diciendo esto en el medio de la entrevista. Sos un waso muy difícil de tratar. ¿sabes?


MARIO FEDERICO BLANC: Lo que me decís, bueno, es una agresión. Duele un poco, la verdad. No entiendo por qué. Igual creo que ya me han dicho eso antes. Si, si, duele escucharlo, sin saber qué es lo que queres decir con eso. Pero bueno, la voy a dejar pasar por este proyecto mutuo que tenemos. Puede ser que yo sea un poco raro para vos. Puedo incluso admitir eso. Raro para un sujeto como vos que mira las cosas desde donde las mira. A propósito, ¿por qué tendrías que "editar" la entrevista? ¿No estarías faltando a la verdad o al menos recortándola? Yo opino que la dejes así, con todo lo que decimos, si es que vale de algo que uno diga algo. Publicarla de punta a punta me parece lo correcto. Y aparte ¿me parece a mi o te estás poniendo un poquito nerviosho...?


MFB_EDICIONES: No. Para nada. Ni medio nerviosho. En ese caso, sin editar y al paso que vamos, la entrevista tendría unas 20 o tal vez 30 páginas al transcribirla, lo que sería algo así como 5 o 6 páginas enteras del diario La voz del Interior... a puro texto, sin imágenes. Eso debe costar... ya te digo.


MARIO FEDERICO BLANC: Okay, okay. No importa. Olvídate, no quiero saber cuánto costaría. No es el punto. No me dejan entrar con mi libro a una librería del shopping, me van a dejar entrar a La voz del interior... (risas y más risas, tentación de ambos) No me jodas... Entonces, bueno, volvamos: me podes explicar vos qué entendés vos por una "promoción", porque no estoy seguro de que estemos hablando de lo mismo. El concepto digo. Porque tal vez, solo tal vez, hay un error de concepto.


MFB_EDICIONES: ¿Un error de concepto Fede? Nos juntamos acá en este bar bastante choto por cierto a hablar de la novela y...


MARIO FEDERICO BLANC: EU!! ¿Qué tiene el bar? Allá está Luis, se puede ofender con lo que decis. Ves que estás nerviosho… A mi me gusta este bar... hace mil años que vengo a este bar... de toda la vida!! He escrito cosas muy memorables sobre estas mesas


MFB_EDICIONES: Es sumamente ruidoso... ¿no te parece?


MARIO FEDERICO BLANC: Mmm, si, me doy cuenta ¿Y que vos no te das cuenta que todo este puto mundo es cojonudamente ruidoso?


MFB_EDICIONES: ¿Y qué tiene que ver el mundo con este bar? Federico, ¡por favor! No quiero decir que es un bar de mierda para no ofenderte, pero...


MARIO FEDERICO BLANC: Escuchá una cosa. ¿Qué pensás vos que es la literatura? Está todo en la misma bolsa ¿es que no lo ves? Pensá…


MFB_EDICIONES: ¿Que? ¿Qué bolsa?


MARIO FEDERICO BLANC: La de la vida, boludo. Esta mesa, el bar, la novela, el ruido, el humo del bondi ese que pasa ahí, el tipo aquel que está cruzando la calle, lo que publicaron ayer en el diario, el saco que traes puesto, todo eso es parte de una misma cosa. A eso me refiero: está todo en la misma bolsa. ¿Entendes? Está todo escrito en ese ruido, en esa disonancia permanente. Yo simplemente traduzco, interpreto con un instrumento musical imaginario, reorganizo. Está todo circulando azarosamente como si fueran partículas de algo… El mundo es un solo y único objeto, bastante complejo, si lo analizas racionalmente, pero a su vez bastante simple si te podes dejar llevar por lo que puede  implicar. Escribir, para mi, es como desmenuzar ese mundo, tomar un par de partículas… como quien come pollo. ¿Viste lo que queda cuando te comes un pata muslo? Eso es literatura para mi. Dios me perdone por comparar el mundo con un pata muslo. Voy a tratar de decirlo de otro modo. Yo creo que el mundo es una entidad abstracta y sensible a la vez, una superficie multicolor, multisonora, montado sobre una nada que es a la vez una materia informe. Por eso en el fondo, creo que no hay promoción posible... pero bueno ese es otro tema. Con la literatura solo hay las obras, que no son otra cosa que traducciones, interpretaciones, versiones y reversiones de ese ruido eterno que es el mundo. ¿Querés otro café?


MFB_EDICIONES: Entiendo. ¿Esto también lo tengo que dejar en la transcripción de la grabación? 


MARIO FEDERICO BLANC: ¿Qué cosa?


MFB_EDICIONES: Lo de “¿querés otro café?”


MARIO FEDERICO BLANC: ¡Pero claro que sí, hermano! Imaginate si yo quisiera recortar partes de tu vida y entonces te sacara lo que viviste entre los trece y los diecisiete años… porque no me parece relevante. No es así. Sería un wacho si lo hiciese. Por su puesto que tiene que estar. Y aparte no es lo mismo juntarse a tomar un café, que juntarse a tomar dos cafés. ¡Nada que ver! ¿entendes? Dos cada uno. Pero ¿entendes o no de qué se trata?


MFB_EDICIONES: Creo que sí. Ok entonces.


MARIO FEDERICO BLANC: ¿Vos sabes lo te quiero, editor? En serio te lo digo. Con quién te has tomado dos cafés en una misma juntada, a ver decime…


MFB_EDICIONES: Dale, dale. Pedite otro café.


MARIO FEDERICO BLANC: Bueno, creo que vamos llegando al final de este recorrido, mi estimado. Voy a resumir un poco porque se está haciendo un poco largo, ¿no? 


MFB_EDICIONES: Definitivamente, pero esta bien, Fede, no te hagas problema, soy todo oídos. 


MARIO FEDERICO BLANC: Gracias, querido. ¿Sabías que sos un grosso? Bueno, sigo. El tema es este, te la hago corta, simple y concreta: a nadie le gusta lo que yo digo. Punto. Eso es,  básicamente. Es un hecho y toda la cosa de mi novela ...esa panoplia no va mucho más allá de eso. Te juro: a nadie le gusta lo que digo. Y no solo eso: a nadie le interesa lo que yo digo. Bueno, ¿cómo se explica eso? Te cuento mi hipótesis. Progresivamente, me he ido quedando cada vez más solo, cosa que en el fondo no me molesta tanto y tampoco me parece tan malo, pero parece que el hecho de que a nadie le interese lo que decís guarda alguna relación con el hecho de ir quedando solo. Este fenómeno "ir quedándote solo", no hace falta que te separes de tu pareja o que ocurra una catástrofe para que suceda, tiene que ver con otras cosas. Simplemente ocurre: llega el día en el que nadie te da bola. Y bueno, frente a eso tenés varias opciones, algunas de ellas son espantosas, otras no tanto. Una de ellas, por ejemplo, es no hacer nada y solo quejarte, que es la opción más frecuente y a la vez más chota. Lo importante de ver es que algo de lo que decís no quiere ser escuchado y será tal vez por lo que estás viendo desde el lugar en donde estas. Bueno, frente a eso, yo escribo.  Qué sé yo, suena como un contrasentido tratar de decir algo donde nadie te escucha pero en realidad es todo lo contrario. La verdad es esa: trato de decir algo de lo que pasa ahí donde nadie quiere ver o escuchar. Ahora bien, una cosa soy yo o esto que me pasa. Pero por otro lado, hay algo en lo social, en lo cultural y hasta en lo histórico que está pasando y que te va dejando un poco en ese lugar. ¿Cómo es ese lugar? ¿Cómo definirlo? ¿Cómo caracterizarlo? Un lugar solitario, aislado, pensativo, en el mejor de los casos, a veces pasivo, retraído, dicen también, medio resentido, oscuro, temeroso, paranoico y todo lo que se te ocurra. "...ese mutismo tuyo", me dijo alguien la otra vuelta, me pareció innovador. Los más radicales dicen violento, etc. Por supuesto, esto no se puede generalizar. Pero hay algo que te va depositando en ese lugar tan difícil de nombrar. Se me ocurre que es el curso natural de las cosas. Si tuviera que decirlo con una metáfora diría ¿Viste cómo es el cauce de un río? Cuando viene la creciente todo va rodando a lo loco, desenfrenadamente, y al costado va dejando una basura fija que queda enganchada las barandas del costado del río y que cuando baja el agua se puede ver. Es basura fija en la que nadie se fija, solo está ahí, siendo basura. Bueno, es más o menos ese lugar. Es decir, pasó la creciente, pasaron los troncos y quedaron las bolsas de basura agarradas a los caños de las barandas que dividen la zona del río y la zona por donde pasan los autos. Ese es el lugar un poco en el que yo he ido quedando. Es media tétrica la metáfora. Lugar-límite, lugar-borde pero también lugar-desecho, lugar-basura. De alguna manera, yo siempre he andado por ahí... en el límite, en el borde... en la baranda. Y mi escritura es medio "desde la baranda" o desde los márgenes de un río revuelto, si querés que lo diga así, más bonito, pero traducido son los límites de la experiencia humana, sobre todo la parte traumática de esa experiencia. Bueno, con los años te vas reconociendo las huellas de la inmundicia del mundo, la historia de la mugre y sentís la necesidad de juntar algo de eso, obviamente, a la manera de una ficción. Con todo esto ¿que te quiero decir? Y bueno, dos cosas. Por un lado, tal vez por este motivo vos veas en mí "un tipo difícil de tratar". ¡Es que vengo de esos lugares, hermano, como tantos otros! Creo que el que me lea, si algún día alguien me lee, lo tiene que saber. Y además, tiene que saber que lucho con fantasmas, viejo! También como tantos otros. Fantasmas que no son chiquitos, ni buenitos, son una milicia organizada que busca fagocitarte, quemarte vivo. Es así cuando vivís en la baranda, en el límite del desecho. Ahora bien, cuando escribo, no es a mi, sino a mis personajes a quienes les ocurren las cosas. Yo escribo sobre ellos. Ojo, cuando te digo fantasmas me refiero a cosas que son bien reales, insisto, con consecuencias bien reales. ¿Y cuáles son esos fantasmas? Y bueno vos los conoces también. Son los llamados discursos hegemónicos, como el discurso jurídico, el discurso médico o el discurso psiquiátrico, el discurso de la seguridad pública, el poder a veces desmoralizante y desubjetivizante de las instituciones. Todo eso te entrega un desamparo que no te das una idea del tamaño que tiene y lo jodido que es sobrellevar eso en esta época dónde, como te decía hace un rato, a nadie le importa nada de nadie. ¿Vamos a mi libro entonces? Bueno, durante toda la entrevista no hablamos más que de la novela aunque no parezca. Primero, no pensaba decirlo pero no es casual que en mi novela exista un río. Y ese río tiene una función muy específica en la trama aunque no aparezca en primer plano. Datazo. Qué te puedo decir de esa trama como para que te ubiques... De repente tenés dos pibes, los personajes principales, dos casi adolescentes y dos madres, los personajes secundarios, luchando con su precarias armas contra estos discursos hegemónicos monstruosos que te nombraba hace un rato. Naturalmente, es una carnicería, porque no se le puede ganar el sistema. Y entonces la vida se puede apagar en un segundo como una pompa de jabón o escurrirse por un resumidero en un instante. ¿Vos la viste? No. ¿Dónde pasó? Ni idea. En ningún lado ¿Te das cuenta? No. ¡Todo esto es invisible, papá! Bueno, yo escribo sobre lo invisible. Y eso es todo, viejo. 


MFB_EDICIONES: Maravilloso. ¿Te querés despedir con algo de esta entrevista? 


MARIO FEDERICO BLANC: No. Me cierra el súper, me tengo que ir. Nos vemos la próxima. Me cago en un gusto hablar con vos, loco. Está todo pago, eh. Olvídate, no pongas un mango. Chau, hermano querido. Chau Luis !!! Chau, Chau.


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